Jade se miró una vez más al espejo, su disfraz
consistía en un top ajustado tipo tubo de color negro que hacía que sus pechos
sobresalieran y dejaba una pequeña franja del abdomen al descubierto, y un
pantalón bastante corto y ajustado que acentuaba la forma de sus caderas y su
trasero, además de una capa de color rojo intenso, un bolso que parecía una
cesta de comida y unas botas negras de tacón alto que le llegaban hasta las
rodillas. Llevaba el pelo suelto y se lo había rizado un poco, además se había
puesto una cinta delgada de color rojo formando un lazo a un lado de su cabeza,
como único maquillaje había utilizado lápiz labial de color rojo y un poco de
rubor. Se sentía más que conforme con el resultado, Ashlian se quedaría
boquiabierto en cuanto la viera, por lo menos mentalmente, sabía que era
imposible que él perdiera la compostura de esa manera.
Aun no podía creer que su chantaje hubiese
funcionado, había entrado en pánico al notar que estaban llegando a la casa y
había dicho lo primero que pasó por su cabeza, total ya no le quedaba nada que
perder, ya había tirado el poco de orgullo que le quedaba por la ventana.
Estaba en las nubes por el hecho de que Ashlian iba a acompañarla a la fiesta,
pero no lo había comentado con nadie por temor a que él cambiase de opinión a
último momento.
Tras una última ojeada en el espejo bajó para
esperar a Ashlian en el salón, todavía faltaba media hora para que éste fuese
por ella por lo que decidió ver un poco de televisión mientras