9 mar 2015

No estoy cambiando...


Un segundo, un minuto, un momento.
Una sonrisa, una mirada, una caricia.

Un hola, un adiós, un hasta luego.

Todo puede definirse en un breve instante. Un simple detalle puede determinar tu mañana.

Pero no es en sí el acontecimiento lo importante, si no el como te enfrentes a este. El como lo veas, lo que signifique para ti.
Las personas somos diferentes, vivimos vidas diferentes, interpretamos las cosas de manera diferente. La seriedad de un problema está definida por quien lo enfrenta, no por quien lo observa.

Por eso los cambios en tu persona, no en los alrededores, son los que tienen realmente el poder de alterar tu mañana, porque solo al transformarte tú evoluciona la manera en que afrontas la vida, solo entonces tu forma de tomar decisiones varía.

Y es maravilloso ver a las personas crecer, convertirse en una versión mejorada de sí mismos. Pero, ¿qué pasa con aquellos incapaces de modificar partes de su ser? ¿Qué pasa con aquéllos que nunca obtienen una mejora en sus perspectivas? ¿Qué pasa con aquellos incapaces de aprender? ¿Qué podrán hacer cuando se enfrenten al mismo problema ante el cual ya erraron una vez?

Haidelis Montero

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